Se trató de una toma pacífica de recuperación de tierras que lleva adelante la familia González Corón desde el mes de mayo y abarca aproximadamente 293 hectáreas que, según denuncian los mapuches, les pertenecen. Esta situación trajo la complejidad del caso cuando quien se considera el actual propietario, Sr. Liffourena, hizo la correspondiente denuncia y comenzó el primer paso judicial que llevó a esta determinación judicial, en contra de la familia mapuche.
El grupo GAD, liderado por el Comisario Inspector Enrique Medina de la ciudad de Junín, fue acompañado en el operativo por personal de la Policía comunal de General Viamonte y la orden de desalojo fue dictada por la Jueza de Garantías Nº 2 de la ciudad de Junín, Dra. Marisa Miriam Muñoz Saggese.
El operativo terminó en una magestuosa fantochada por parte del grupo GAD que permaneció acantonado en la zona de conflicto como si esperara repeler una invasión extraterrestre. Pero durante los 2 días del operativo lo hicieron en completa soledad en el descampado, dado que la familia González se encontraba ausente del mismo debido a que uno de ellos debió ser operado.
Lo llamativo fué que semanas atrás el Juez José Luchini (Junìn), reconociendo el concepto de espiritualidad y de pertenecía de los pueblos originarios, comprendidos tanto en la Constitución Nacional y Provincial, dictó la resolución de frenar los pedidos de desalojos de los campos recuperados por las familias Salazar y González hasta que se expida la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Esta nueva acción judicial dictada por la Jueza Saggese va en dirección opuesta a la de su colega.
Esta toma de territorio se enmarca en una nueva etapa de recuperación que tres familias llevaron adelante sobre el Cuartel II de General Viamonte donde se ubican 16.4500 has. que en 1866 y 1869 les fueran donadas al Cacique Ignacio Coliqueo y su Tribu como estrategia de resguardo de la frontera bonaerense de entonces. Desde aquella entrega de propiedad, y luego de la muerte del Cacique, el territorio ingresó en una zona oscura de dominios encontrados, escrituraciones válidas e inválidas y reclamos diversos que con las nuevas generaciones de mapuches, vuelven a presentarse en los juzgados. Las familias que tomaron territorios en los últimos meses son la González Corón, Salazar y Coliqueo.
AMENAZAS, PATOTAS Y APRIETES EN LOS TOLDOS
La policía al servicio de los sojeros.
Dos familias mapuches decidieron tomar los campos de sus antepasados. Aseguran que los actuales dueños nunca terminaron de pagar lo que correspondía o simplemente usurparon sin mediaciones. La policía custodia los campos. Desde la Comunidad Hermanos Mapuches de Los Toldos aseguran que habrá más tomas.
En el mes de mayo y septiembre las familias González Corón y Salazar decidieron recuperar lo que aseguran, les pertenece desde siempre y en las últimas décadas les fue apropiado de manera ilegal. Aproximadamente 300 hectáreas, ubicadas en el Cuartel II del distrito de General Viamonte, son el escenario de una disputa compleja que incluye una importante movilización de agrupaciones mapuches de Los Toldos y la región, presencia de abogados, acción policial, amenazas, e importantes reuniones familiares que aguantan en los campos sobre los espacios que esperan la resolución de la justicia bonaerense.
Familia González Corón
Un 4 de mayo de 2010, los nietos de Doña Baldomera Corón de González decidieron tomar las tierras de sus antepasados. Lo hicieron luego de que los actuales propietarios se negaran a pagarles lo que restaba de una compra/venta de mediados de los años 80’. Desde aquel día fueron sufriendo diversas amenazas que los llevaron a una mayor organización y la presencia permanente de la familia en el campo.
Luego de la recuperación, decidieron comenzar a trabajar parte de esta extensión que en dos tramos alcanza 293 hectáreas. En el momento en que el tractor comenzó a andar, recibieron la presencia de la policía local que impidió el trabajo sobre un lote de 23 has. “Empezamos a arar y nos paró la policía, pero no presentaron ninguna orden del Juez. De hecho tuvimos discusión, porque nosotros hicimos una inversión para sembrar, y nos pararon todo sin presentar papeles”.
Los González además, tuvieron encuentros con los que se denominan sus actuales propietarios. “Tuvimos allanamiento porque nos han denunciado que habíamos robado vacas y se las habían llevado ellos mismos. Siempre estamos seguidos con la policía y por la fiscal también”, aseguran. ”Y ahora estamos acompañados por la Comunidad mapuche, y eso nos da más fuerza”.
La familia tiene en claro su deseo: Volver al campo. “Si logramos estos nos venimos todos a vivir acá. Ya empezamos a armar el pozo para construir algo. Hasta ahora estamos con una carpa que armamos. Hemos pasado frío estos días”.
Familia Salazar
La bandera mapuche flamea a lo alto de la lomada. El rancho tiene una extensión de silo bolsa. El domingo es día de reunión familiar y todos rodean a Don Demetrio Salazar, el anciano mayor.
Los Salazar decidieron tomar el campo el 6 de septiembre. Obviamente, esto generó la resistencia de quienes también se consideran dueños.
Demetrio está acompañado de su hija Gabriela, y ella lo dice claramente “Lo tomamos porque reclamamos lo que es de mi papá”.
Se trata de 54 has. “aunque esto no figura a nombre nuestro, todavía figura con el nombre Basigliano Huachuqueo” que es el abuelo de Demetrio.
En la tribu casi la mayoría de los casos fueron así. “cuando venga la escritura te pago”, y la
escritura no viene nunca.
Los Salazar tuvieron serios incidentes con allegados a la familia que hoy se considera propietaria. Según declararon a Impacto “una vez mi papá iba con mi mamá, y sobrina en un remise a Los Toldos y lo fueron molestando durante todo el viaje. Nos esperaba en una curva, y cuando íbamos pasando arrancó y nos tiró el auto encima. Nosotros llamamos a la policía, y ésta nunca apareció. Nos pasaba y se quedaba, nos quería encerrar, nos lleno de tierra y frenó la camioneta. Llamamos a la comisaría y nos dijeron que el patrullero nos esperaba en el indio, pero nunca estuvo”.
La denuncia se amplia sobre el rol policial.
“Cuando llegamos al pueblo fuimos a la comisaría. No nos querían tomar denuncia porque decían que no era nada grave. Después fuimos a la comisaría a hacer la denuncia y no nos la quisieron tomar porque decían que no era nada grave. Ni siquiera una exposición civil. Estuvimos hasta tarde. Y después nos tomaron una exposición civil. Al otro día fuimos a la fiscalía a hacer la denuncia y nos repitieron lo mismo, que no era nada grave y que no nos podían tomar ninguna denuncia. No les dije nada. Y nos fuimos a hacer la denuncia a Junín, donde nos la tomaron” relata Gabriela.
“También la policía en una exposición nos acusaron de ser agresivos, de haber roto alambres, y acá nos custodian (móvil de Junín) pueden decir si fuimos agresivos con ellos, si fuimos irrespetuosos. Todo mentira. Nunca fuimos agresivos”.
Fuente: http://revistalamanuelamolina.blogspot.com.ar/2010/11/desalojo-y-tension-en-las-tierras.html